Y hoy quisiera Señora poder vestirte, como cuando visto mi Consolación, la que sana y cura las heridas de mi alma, déjame vestirte Madre, como cuando acaricio las manos de mi Rosario, déjame vestirte como en los momentos de Soledad en las clausuras jerónimas, como en la Amargura radiante de tu Divina Comendadora. Déjame vestirte con la elegancia de un río Darro que llora ante tus Maravillas, y con la majestad de la Alhambra que se arrodilla por tus Dolores.

Déjame vestirte y adornar tu Dulce Nombre, déjame resaltar con la gracia que Dios me dio el brillo de tu Estrella Albaycinera y la candidez de la que se hace Novia en el Realejo. Déjame vestirte Madre, y que alivie con mi ternura tu Mayor Dolor, tu Amargura entre olivos del Santo Reino, y resalte la elegancia de mi Reina Accitana. Déjame vestirte de Salud y Esperanza, para recibir a los que se fueron, y ahora viven en mi alma.

De la II exaltación mariana a la Purísima Concepción – Patrona de Talará

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martes, 22 de mayo de 2012

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO - PENTECOSTÉS

Con la llegada de la solemnidad de Pentecostés, en la que celebramos la Venida del Espíritu Santo sobre la Santísima Virgen María y el Sagrado Colegio Apostólico, finalizamos el tiempo litúrgico de la Pascua. 

En la iglesia de Santo Domingo, del popular barrio del Realejo granadino, la Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos espera ya la Venida del Espíritu ataviada de rojo, color litúrgico de esta solemnidad en la que celebramos el día natal de la Iglesia.