Y hoy quisiera Señora poder vestirte, como cuando visto mi Consolación, la que sana y cura las heridas de mi alma, déjame vestirte Madre, como cuando acaricio las manos de mi Rosario, déjame vestirte como en los momentos de Soledad en las clausuras jerónimas, como en la Amargura radiante de tu Divina Comendadora. Déjame vestirte con la elegancia de un río Darro que llora ante tus Maravillas, y con la majestad de la Alhambra que se arrodilla por tus Dolores.

Déjame vestirte y adornar tu Dulce Nombre, déjame resaltar con la gracia que Dios me dio el brillo de tu Estrella Albaycinera y la candidez de la que se hace Novia en el Realejo. Déjame vestirte Madre, y que alivie con mi ternura tu Mayor Dolor, tu Amargura entre olivos del Santo Reino, y resalte la elegancia de mi Reina Accitana. Déjame vestirte de Salud y Esperanza, para recibir a los que se fueron, y ahora viven en mi alma.

De la II exaltación mariana a la Purísima Concepción – Patrona de Talará

Páginas

martes, 17 de diciembre de 2013

7º ANIVERSARIO DE BENDICIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA DE LA CONCEPCIÓN DOLOROSA



Hace siete años, en la tarde del domingo 17 de diciembre de 2006, Domingo de Gaudete, se bendecía solemnemente la Imagen de Nuestra Madre y Señora María Santísima de la Concepción Dolorosa. Situada a los pies de Nuestra Madre y Señora de la Consolación, Titular Mariana de la Hermandad del Sagrado Protector de la ciudad de Granada, la pequeña Imagen de la Concepción Dolorosa era rocíada con el agua bendita por nuestro hermano sacerdote Don José Gabriel, en una solemne eucaristía votiva de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora. Tras la solemne bendición la Virgen fue saludada con el canto "Tomad Virgen Pura" mientras se encendían doce cirios de respeto, símbolo de los doce Apostóles, por los padrinos, familiares y amigos y, tras el canto, se procedía a la bendición de la corona e imposición sobre las sienes de la Santísima Virgen. Vestida con saya de brocado en color blanco y manto azul de terciopelo, con tocado clásico de encaje de bruselas de punto de duquesa y corona de flores, la Virgen fue bendecida entre el amor y la devoción de toda mi familia y amigos que no quisieron faltar a uno de los momentos más importantes de mi vida, la bendición de la Reina de mi familia y de mi casa, que llegó a nuestras vidas en la fría tarde del 30 de enero de 2005, para ser el amparo y el consuelo de este hogar granadino donde se ama y se venera a la Madre de Dios con pasión de hijos enamorados y fe ardiente a la Bienaventurada Virgen María, en su Pura e Inmaculada Concepción, Patrona de Talará y Reina y Señora del Valle de Lecrín.













No hay comentarios:

Publicar un comentario