Y hoy quisiera Señora poder vestirte, como cuando visto mi Consolación, la que sana y cura las heridas de mi alma, déjame vestirte Madre, como cuando acaricio las manos de mi Rosario, déjame vestirte como en los momentos de Soledad en las clausuras jerónimas, como en la Amargura radiante de tu Divina Comendadora. Déjame vestirte con la elegancia de un río Darro que llora ante tus Maravillas, y con la majestad de la Alhambra que se arrodilla por tus Dolores.

Déjame vestirte y adornar tu Dulce Nombre, déjame resaltar con la gracia que Dios me dio el brillo de tu Estrella Albaycinera y la candidez de la que se hace Novia en el Realejo. Déjame vestirte Madre, y que alivie con mi ternura tu Mayor Dolor, tu Amargura entre olivos del Santo Reino, y resalte la elegancia de mi Reina Accitana. Déjame vestirte de Salud y Esperanza, para recibir a los que se fueron, y ahora viven en mi alma.

De la II exaltación mariana a la Purísima Concepción – Patrona de Talará

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miércoles, 11 de diciembre de 2013

NUESTRA MADRE Y SEÑORA LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN (TALARÁ). Fiestas patronales 2013.

Durante los días 6, 7 y 8 de diciembre el pueblo granadino de Talará, de la comarca del Valle de Lecrín, ha celebrado sus fiestas patronales en honor de Nuestra Madre y Señora la Purísima Concepción y el Santo Cristo del Zapato. Unas fiestas entrañables llenas de devoción a la Madre de Dios en su Inmaculada Concepción y a su Bendito Hijo en la Cruz.

La Imagen de la Purísima Concepción de Talará está atribuida a la Escuela de Alonso Cano, de finales del siglo XVII o principios del XVIII. Sigue el modelo romboidal de las Inmaculadas canescas. Está dotada de una enorme unción religiosa, con una gran fuerza expresiva en su mirada. Representa a una doncella de unos 15 años, con una larga melena y unas manos de factura muy fina y delicada en actitud orante. Su mirada contemplativa y mística invita a la oración y contemplación del misterio de su Inmaculada Concepción. El contraposto de su figura la dota de gran movimiento, avanzando su pierna izquierda y quedando la derecha fija en el suelo.Los brazos girados hacia la izquierda con las manos unidas en la base de la palma y punta de los dedos, y la cabeza girada hacia la derecha e inclinada hacia el fiel devoto que la contempla, para no interrumpir la comunicación de la Imagen con el devoto. Lleva un rico vestido estofado con flores y un manto azul cobalto con el borde ricamente estofado, que se recoge por encima de su brazo izquierdo, quedando volando un trocito de manto. La Virgen aparece sobre una nube con tres cabezas de querubines y una media luna con las puntas hacia abajo, propio de la Escuela Granadina. Sobre su cabeza una corona de imperios y ráfaga dieciochesca con doce estrellas, en plata de ley. La Imagen sin nube ni corona mide 75 centímetros.



   
Del 26 de noviembre al 4 de diciembre se ha celebrado en su honor solemne Novena con rezo del Santo Rosario, Ejercicio de la Novena y Santa Misa. El día 5 se celebró la Vigilia de la Inmaculada, y el día 6 Rosario de la Aurora con el estandarte de la Inmacualada Concepción. Ya este día de vísperas a las seis y media de la tarde se bajó en procesión al Santo Patrón, el Cristo del Zapato, desde su ermita hasta la iglesia parroquial de la Purísima Concepción. Los días 7 y 8 son los días grandes de las fiestas. A las doce de la mañana se celebra cada día la Función Solemne de los Patrones, el día 7 la del Santo Cristo del Zapato, y el día 8, la de la Pura y Limpia Concepción de María. Por la tarde a las siete de la tarde procesionan ambas imágenes en andas a hombros de sus hijos talareños, bellamente exornadas con rosas, gladiolos, lisiantum, claveles y antirrinum, con la curiosidad que la Virgen procesionaba a ruedas, y este año se ha recuperado la tradición de portarla con seis varales al estilo malagueño. Al término de cada procesión se queman en su honor unos magníficos castillos de fuegos artificiales fruto de la devoción y de las promesas de los vecinos de Talará, que sueñan todo el año con la llegada de las fiestas patronales para ver un año más en las calles de su pueblo a su Madre, la Purísima Bendita, conocida como "La Chiquitilla", y a su milagroso Cristo del Zapato.









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