Y hoy quisiera Señora poder vestirte, como cuando visto mi Consolación, la que sana y cura las heridas de mi alma, déjame vestirte Madre, como cuando acaricio las manos de mi Rosario, déjame vestirte como en los momentos de Soledad en las clausuras jerónimas, como en la Amargura radiante de tu Divina Comendadora. Déjame vestirte con la elegancia de un río Darro que llora ante tus Maravillas, y con la majestad de la Alhambra que se arrodilla por tus Dolores.
Déjame vestirte y adornar tu Dulce Nombre, déjame resaltar con la gracia que Dios me dio el brillo de tu Estrella Albaycinera y la candidez de la que se hace Novia en el Realejo. Déjame vestirte Madre, y que alivie con mi ternura tu Mayor Dolor, tu Amargura entre olivos del Santo Reino, y resalte la elegancia de mi Reina Accitana. Déjame vestirte de Salud y Esperanza, para recibir a los que se fueron, y ahora viven en mi alma.
De la II exaltación mariana a la Purísima Concepción – Patrona de Talará
Enhorabuena Paco. Era necesario que tuvieras un espacio en la red desde donde comunicar todo lo que sientes, para que podamos leerte siempre que queramos, era necesario y por fin has dado el paso de abrir tu bitácora, gracias por ello.
ResponderEliminarBienvenido al mundo bloguero y ya sabes que estoy a bordo.
Un fuerte abrazo, hermano.